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La civilización micosia: los ejércitos de los Reinos Fúngicos

En lugar de presentar una jerarquía común, el ejército micosio está dividido en diferentes cuerpos militares, una reminiscencia de cuando los Reinos Fúngicos no eran una sola nación. Cada reino tenía sus propios ejércitos y cuando se unieron se conservó esta división. Así, aunque todos pasaron a responder a un mismo alto mando, conservaron su estructura interna. Pese a que esto exige que los generales micosios tengan grandes habilidades de coordinación, es también el punto fuerte de su ejército, puesto que cada cuerpo alcanza una gran especialización, llegando a combatir de formas muy distintas. Así, tienden a producir gran confusión en los enemigos de la Gran Espora, ya que ninguna estrategia puede ser aplicada dos veces. Aunque haya otras fuerzas especializadas como los Cazamandos o las Planeaesporas, los cuatro grandes cuerpos de los que se compone el grueso del ejército micosio son la Micoguardia, la Armada fúngica, la Legio de Guardarrío y el Tribunal Liquénico (aunque este último cumple más funciones que la militar).

MicosiaLos Reinos fúngicos no son especialmente belicosos, pero tienen muy presente que el Sagrado Ciclo cuenta con muchos enemigos y siempre deben estar preparados. Por esto mismo, todos los jóvenes micosios deben formarse para el combate en una milicia de dos años, tras la que pueden volver a sus oficios o ingresar en el ejército.

Por otro lado, algunas criaturas salvajes de micosia responden a la llamada de sus ejércitos. No se trata de bestias de guerra domesticadas, lo que supone un misterio para muchos. Sin embargo, la realidad es más sencilla: muchas de las criaturas que habitan los Reinos Fúngicos comprenden hasta cierto nivel que los demás micosios protegen su hogar, y saben el motivo por el que se les convoca cuando suenan los distintos llamadores de los ejércitos del Funguirato. Así, ya sea un comportamiento más bien instintivo, una señal química o una respuesta meditada, se trata de la llamada de la Gran Espora y, en ese momento, otras cosas deben ser dejadas a un lado. En los Reinos Fúngicos habitan criaturas de terrible poder y su ira en el campo de batalla es una visión que ningún superviviente olvida jamás. Ya sean grandes fongadores y leviatosporas o inacabables hordas de pequeños campechampos, los refuerzos salvajes de los micosios son la prueba de que reciben ayuda de la tierra que protegen. Además, aunque las criaturas fúngicas no acostumbran a obedecer ninguna indicación, muchos capitanes micosios han aprendido a incluir el comportamiento de sus aliados salvajes en el diseño de estrategias militares.

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